por homens melhores

La familia es el principal entorno protector frente al consumo de drogas,

17-05-2011 11:51

  FACTORES DE PROTECCIÓN

Se ha identificado un número amplio de factores que disminuyen la probabilidad de que una persona se adentre en consumos de drogas. Algunos de ellos tienen que ver con cambios
culturales y legislativos de nuestra sociedad (eliminar la publicidad de bebidas alcohólicas y tabaco, aumentar el precio,
cumplir rigurosamente las leyes que prohíben su venta a
menores, generalizar la prevención en la escuela, etc.). Otros
factores de protección tienen que ver con características del
propio sujeto, que a lo largo de su vida se ve en la tesitura de
tomar la decisión de consumir o no drogas.
Algunos de estos factores son los siguientes:
∞ Canalizar positivamente la curiosidad del adolescente
hacia actividades constructivas.
∞ Compartir con los adolescentes una información adecuada
y veraz sobre las drogas y los riesgos asociados a su consumo, a fin de favorecer una toma de decisiones libre ante la
previsible oferta de drogas de la que tarde o temprano serán
objeto.
∞ Educar a niños y adolescentes en valores y actitudes de
aprecio, respeto y responsabilidad para con la salud propia y
la de la comunidad.
∞ Estimular la autoestima de niños y adolescentes, con
objeto de reducir el riesgo de que se interesen por las drogas
para apuntalar un amor propio frágil.
∞ Desarrollar habilidades sociales que les ayuden a comportarse con una aceptable autonomía en la relación con sus
74amigos, a neutralizar positivamente las presiones de sus
compañeros hacia el consumo de drogas y, en su caso, a
cambiar de ambiente.
∞ Promover una vivencia rica y diversa del tiempo libre
que ayude al adolescente a encontrar satisfacciones que no
pongan en peligro su desarrollo. Ayudarle a construir modos
positivos de disfrutar el ocio a partir de las posibilidades del
lugar donde vive.
∞ Favorecer un ejercicio razonable de la autoridad paterna que permita a los niños y adolescentes interiorizar unas
normas aceptables de convivencia, y les ayuda ha tomar
decisiones responsables aún cuando actúen movidos por la
curiosidad y el placer.
∞ Reducir la presencia de las drogas en los lugares por los
que se mueven los adolescentes.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES?
Las presiones al consumo de drogas crecen y parece cada vez
más normal tomarlas, pero no lo es ni debe
serlo. Los padres pueden hacer
mucho para prevenir esta
conducta. 
La familia es el principal entorno protector frente al consumo
de drogas, aunque  también puede convertirse en
un entorno de riesgo en condiciones adversas.
Hay una gran cantidad de elementos preventivos que pueden ser potenciados por los padres y que se convierten en los
75más importantes factores de protección para sus hijos. Veamos
algunos de ellos:
∞ Los valores: En la familia se aprenden los principales valores
del ser humano, aunque la escuela y el entorno también
influyen. Si usted es padre o madre, no delegue en otros esta
importante función. Dedique tiempo a sus hijos, transmítale
los valores que para usted son importantes, y muestre coherencia entre lo que usted dice y lo que hace. Los niños, especialmente durante la adolescencia, son muy sensibles a las
contradicciones en el decir y el hacer de los padres. 
∞ La comunicación: hable con su hijo, manténgase al tanto de
lo que hace, de sus gustos e inquietudes. Dedique un tiempo
al día a hablar con él. Sólo con una buena comunicación con
los hijos, en un clima de afecto, logrará usted crear vínculos
fuertes que protejan a su hijo de influencias externas negativas. 
∞ La supervisión parental: saber lo que sus hijos hacen, con
quién, dónde están, etc., es uno de los más importantes factores de protección. ¿Sabía usted que el consumo adolescente de drogas tiene una gran relación con los horarios de vuelta a casa por la noche? Se ha demostrado que las posibilidades de que un adolescente se emborrache se multiplican si el
regreso a casa se retrasa más
allá de las doce de la noche. En
concreto, los jóvenes de entre
14 y 18 años que salen durante las noches del fin de semana
y llegan a casa después de
medianoche multiplican por
2,5 veces la posibilidad de
emborracharse en relación con
los adolescentes que llegan
antes de esa hora.
∞ El estilo educativo tiene una
fuerte influencia en la apari-
76ción de problemas de conducta en los hijos. Se habla de tres
patrones educativos: 
• El autoritario, que impone normas pero no enseña, no
educa.
• El estilo laissez-faire: ni impone ni educa, deja a los hijos
máxima libertad en sus decisiones.
• El estilo positivo: establece normas y límites con el objetivo de que sean asimilados e interiorizados, es decir, que
sean verdaderamente educativos. Estas normas y límites se
adecuan a la edad y a la capacidad de tomar decisiones de
cada hijo, tanto en su contenido como en la manera de
imponerlas. Este estilo fomenta la autonomía. Para ejercerlo se necesita dedicar tiempo a estar, compartir y comunicarse con los hijos. Pero, ¡ojo!:
comunicarse con los hijos no significa negociarlo todo con ellos. Habrá cosas que usted
considerará no negociables.
∞ Fomente hábitos de vida saludables, estimule a
sus hijos para que realicen actividades positivas
que les gratifiquen y que les sirvan para ocupar
su tiempo libre en el futuro.
∞ Ayúdele a  crearse una imagen positiva de sí
mismo. Fíjese en sus virtudes y dígaselas; esto le
ayudará a quererse, cuidarse, sentirse seguro de
sí y ser menos vulnerable a las influencias
externas negativas.    Fonte www.gencat.cat

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 A Família


A família é fundamental para o sucesso do tratamento da dependência química. Pensar que tudo se resolverá a partir de uma internação ou após algumas consultas médicas é uma armadilha que não polpa a mais sincera tentativa de tratamento. 
A dependência é um problema que se estruturou aos poucos na vida da pessoa. Muitas vezes, levou anos para aparecer. Muitas coisas foram afetadas: o desempenho escolar, a eficiência no trabalho, a qualidade dos relacionamentos, o apoio da família, a confiança do patrão, o respeito dos empregados. Como esperar, então, que algo presente na vida de alguém há tempo e que lhe trouxe tantos comprometimentos desapareça de repente? Quem decide começar um tratamento se depara com os sintomas de desconforto da falta da droga e, além disso, com um futuro prejudicado pela falta de suporte, que o indivíduo perdeu ou deixou de adquirir ao longo da sua história de dependência.

 

 
 
Figura 1: A família (Egon Schiele)
 
 Porque a família é importante para o tratamento
Todos podem ajudar: o patrão, os amigos, os vizinhos, mas o suporte maior deve vir da família. As chances de sucesso do tratamento pioram muito quando a família não está por perto. Veja porque a família é tão importante: 

1. O dependente muitas vezes não tem a noção completa da gravidade do seu estado. Por mais que deseje o tratamento, acha que as coisas serão mais fáceis do que imagina. Por conta disso, se expõe a situações de risco que podem leva-lo de volta ao consumo. 

2. O dependente sente a necessidade de 'se testar', expondo-se a situações de risco para ver se seu esforço está valendo a pena. A família deve ajuda-lo estabelecendo com o dependente regras que ajudem a afasta-lo da recaída. Todo o tratamento começa com um mapeamento dos fatores e locais de risco de recaída. A família deve ajudar o dependente a evitar esses locais. Isso não deve ser feito de modo policial. Não se trata de fiscalizar. Trata-se, sim, de chamá-lo à reflexão e a responsabilidade sempre que esse, sem perceber ou se testar se expuser ao risco da recaída. 

3. O dependente sente dificuldades em organizar novas rotinas para sua vida sem as drogas. O dependente de drogas precisa de apoio para superar as dificuldades e estabelecer um novo modo de vida sem drogas. Vários fatores interferem nessa tarefa. A pessoa pode estar fora do mercado de trabalho há muitos anos, desatualizada e sem contatos que lhe proporcionem voltar em curto prazo. Pode ter saído da escola muito jovem e agora está pouco qualificado para um bom emprego. Há dificuldade em se relacionar com as pessoas, agüentar as frustrações, saber esperar a hora certa para tomar a melhor atitude. A autocrítica do dependente por vezes é dura consigo mesmo. Deixa um clima depressivo e de fracasso no ar. Isso pode fazer com que os planos para o tratamento sejam deixados de lado. 

4. A família no tratamento mostra que o diálogo ainda existe. A rotina da dependência química traz ressentimentos para todos. Muita roupa suja vai ser lavada. No entanto, é preciso entender que se trata de uma doença. Em um primeiro momento a motivação do dependente para a mudança e do apoio da família para mantê-lo motivado são importantíssimos. Isso demonstra que a família ainda é capaz de se unir, conversar e resolver seus problemas. Quando o momento de ir para o tanque chegar, todos estarão fortalecidos e o assunto será tratado com mais ponderação e menos emoção.
 
 

 
Figura 2: Contadora de histórias (Helena Coelho)

 
Figura 3: Amor (Mário Eloy)
 O que pode atrapalhar a participação da família

Alguns problemas aparecem no momento em que a família resolve participar do tratamento:

1. O dependente sabe mais sobre drogas do que a família. A família é pouco informada sobre a questão das drogas, em especial as drogas proibidas (ilícitas). A pouca informação que a família possui vem dos meios de comunicação e de outras pessoas. Geralmente são distorcidas e sensacionalistas. O assunto é tratado de modo assustador. As drogas são apresentadas como algo demoníaco. Isso deixa os pais e filhos longe de um entendimento. Cria-se um clima de guerra, tudo é muito terrível e ameaçador. A família deve se informar primeiro! Além disso, não deve ter medo de dizer ao dependente que não entende do assunto. Afirmar algo sem sabe o que se está dizendo, aumenta ainda mais a distância e a chances de diálogo. 

2. A família fica sem saber qual a sua função. As drogas provocam mudanças importantes na vida familiar. Pais estão acostumados a serem os mentores dos filhos. De repente os filhos entram num campo desconhecido. Passam saber que coisas que os pais não tem a mínima noção. Quando o dependente é um dos pais, os filhos vêem-se em uma situação igualmente confusa: como interferir na vida daquele que os criou e ensinou como as coisas deveriam ser? Sem saber o que fazer com sua autoridade (abalada), muitos optam pelo autoritarismo. Isso só deixa o relacionamento ainda mais deteriorado.

3. A família já tinha problemas muito antes da droga aparecer. Famílias com problemas podem se constituir num fator de risco para o aparecimento do consumo abusivo de drogas entre seus membros. Não que a desestrutura seja a única causa ou a causa mais importante, mas pode contribuir. Desse modo, o tratamento da dependência passa pela avaliação da família e pela necessidade de seus membros também procurarem orientação e tratamento. Estudos mostram que vítimas de maus tratos, a presença de consumo problemático de drogas entre os mais velhos, violência, ausência de rotina familiar e a dificuldade dos pais em colocar limites nos filhos aumenta o risco do surgimento de dependência entre os seus membros. Desse modo, a cura passa a ser responsabilidade não só de dependente, mas de todos que o cercam.
 

 O que pode atrapalhar a participação da família

Alguns problemas aparecem no momento em que a família resolve participar do tratamento:

1. O dependente sabe mais sobre drogas do que a família. A família é pouco informada sobre a questão das drogas, em especial as drogas proibidas (ilícitas). A pouca informação que a família possui vem dos meios de comunicação e de outras pessoas. Geralmente são distorcidas e sensacionalistas. O assunto é tratado de modo assustador. As drogas são apresentadas como algo demoníaco. Isso deixa os pais e filhos longe de um entendimento. Cria-se um clima de guerra, tudo é muito terrível e ameaçador. A família deve se informar primeiro! Além disso, não deve ter medo de dizer ao dependente que não entende do assunto. Afirmar algo sem sabe o que se está dizendo, aumenta ainda mais a distância e a chances de diálogo. 

2. A família fica sem saber qual a sua função. As drogas provocam mudanças importantes na vida familiar. Pais estão acostumados a serem os mentores dos filhos. De repente os filhos entram num campo desconhecido. Passam saber que coisas que os pais não tem a mínima noção. Quando o dependente é um dos pais, os filhos vêem-se em uma situação igualmente confusa: como interferir na vida daquele que os criou e ensinou como as coisas deveriam ser? Sem saber o que fazer com sua autoridade (abalada), muitos optam pelo autoritarismo. Isso só deixa o relacionamento ainda mais deteriorado.

3. A família já tinha problemas muito antes da droga aparecer. Famílias com problemas podem se constituir num fator de risco para o aparecimento do consumo abusivo de drogas entre seus membros. Não que a desestrutura seja a única causa ou a causa mais importante, mas pode contribuir. Desse modo, o tratamento da dependência passa pela avaliação da família e pela necessidade de seus membros também procurarem orientação e tratamento. Estudos mostram que vítimas de maus tratos, a presença de consumo problemático de drogas entre os mais velhos, violência, ausência de rotina familiar e a dificuldade dos pais em colocar limites nos filhos aumenta o risco do surgimento de dependência entre os seus membros. Desse modo, a cura passa a ser responsabilidade não só de dependente, mas de todos que o cercam.
 
 
 
 
 
 
 
Figura 4: Retrato de Modesta e de Inesita (Diego Rivera)


 
Figura 5: Cena do dilúvio (Girodet de Roussy-Trioson)

 

 


4 . A família culpa o dependente ou se culpa. Apontar culpa é exercer um julgamento. O veredito de um julgamento é uma conclusão. Não precisa ser interpretado, entendido. Deve ser cumprido e pronto. Não há mais o que fazer... Esse é um grande erro que a família comete. Se os pais ou os filhos se culpam ou culpam alguém pelo que fizeram ou deixaram de fazer no passado acabou-se a possibilidade de seguir adiante. Ninguém tem culpa da situação, mas todos podem assumir responsabilidades para solucionar o problema! A presença desse espírito por parte de todos durante do tratamento melhora as chances de recuperação do dependente. Além disso é uma grande oportunidade para sanar as dores e os ressentimentos que se acumularam debaixo do tapete e que agora, apesar de volumosas, ninguém quer ver.

 

Falta uma figura neutra. Por tudo o que já foi dito anteriormente, a análise do problema pela família e pelo dependente encontra-se distorcida. Muitas vezes pais e filhos (não importando quem seja o dependente) confundem a inabilidade de ambos em lidar com o problema, com as dores e ressentimentos que rolaram no passado. Qualquer família erra, deixa de fazer ou mesmo traumatiza seus membros. Por outro lado também lhe dá habilidades e compensações para minimizar ou superar essas perdas. Esse não é um caminho frutífero. Se a conversa não é mais possível, ou se só é possível dessa maneira, é sinal que chegou a hora de buscar uma figura neutra. Ela pode ser o profissional capacitado, que se incumbirá de dar o tom do tratamento e ouvirá os dois lados. Antes de chegar ao tratamento, outras figuras neutras importantes podem ser evocadas para facilitar o processo: um tio respeitado por todos, um amigo, o líder da comunidade, o padre, o pastor, enfim pessoas que gozem da confiança de todos os membros da família.
 
 
 
 
 
 
Figura 6: Christmas Divination (Ivan Kramskoy)
"Errar, errar de novo, errar melhor"
A família no tratamento significa buscar um novo elo entre os seus membros. Um novo casamento, uma nova criação dos filhos, uma nova imagem do pai e da mãe. O caminho novo a seguir é incerto e por isso sujeito a erros. Muitos erros surgirão. Impossível não errar dentro de uma situação tão complexa como essa. Aliás só não cometem erros aqueles que nada tentam... A todo instante tais erros precisam ser conversados, discutidos a fundo entre os membros a equipe profissional que os assiste. Tratar o dependente não se resume à busca pela abstinência. É também a construção de um novo estilo de vida. Para o dependente e para a família.
 
 
 

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